El hormigueo o la sensación de que las manos y los pies se duermen es un síntoma bastante común que muchas personas experimentan en algún momento de sus vidas. Este fenómeno puede deberse a una variedad de causas, algunas temporales y otras más serias. Conocer el origen del hormigueo y los episodios de entumecimiento es clave para identificar posibles problemas de salud y buscar el tratamiento adecuado. A continuación, exploraremos en detalle por qué se te duermen las manos y los pies, y las causas más frecuentes de este síntoma.
1. Presión sobre los nervios
Una de las causas más comunes del entumecimiento en las manos y los pies es la presión sobre los nervios. Esta presión puede ocurrir por una posición incómoda o por permanecer en la misma postura durante un tiempo prolongado. Por ejemplo, dormir en una posición que ejerza presión sobre un nervio del brazo o la pierna puede causar esa sensación de hormigueo. En estos casos, el hormigueo suele desaparecer cuando la presión se alivia, moviendo o estirando la extremidad afectada.
Sin embargo, cuando la presión sobre los nervios se convierte en un problema recurrente, es importante considerar otras posibles causas, como el síndrome del túnel carpiano o la neuropatía periférica.
2. Síndrome del túnel carpiano
El síndrome del túnel carpiano es una afección que ocurre cuando el nervio mediano, que recorre el brazo hasta la mano, se comprime a nivel de la muñeca. Esta compresión puede provocar hormigueo, entumecimiento y, en algunos casos, debilidad en las manos. Es particularmente frecuente en personas que realizan movimientos repetitivos con las manos, como escribir en un teclado o usar herramientas manuales.
En los primeros estadios del síndrome del túnel carpiano, los síntomas pueden ser intermitentes, pero con el tiempo, pueden volverse más constantes y debilitantes. Si se sospecha esta condición, es recomendable buscar asesoría médica, ya que en casos graves puede requerir intervención quirúrgica.
3. Problemas circulatorios
Otro motivo por el cual podrías sentir que tus manos y pies se duermen es un problema de circulación. Cuando la sangre no fluye adecuadamente hacia una zona del cuerpo, es común experimentar sensaciones de entumecimiento y hormigueo. Esto puede suceder por estar sentado en una postura que restringe el flujo sanguíneo, pero también puede estar relacionado con condiciones más graves, como la aterosclerosis o la enfermedad arterial periférica.
La aterosclerosis es una condición en la que las arterias se endurecen debido a la acumulación de placa, lo que reduce el flujo de sangre. Si el flujo sanguíneo a las manos o los pies se ve afectado, el entumecimiento y el hormigueo podrían ser una señal de advertencia de un problema cardiovascular subyacente. En estos casos, es fundamental consultar a un médico para un diagnóstico y tratamiento adecuados.
4. Deficiencia de vitaminas
Las deficiencias de ciertas vitaminas, especialmente las del grupo B, pueden ser responsables de los episodios de hormigueo en manos y pies. Las vitaminas B1 (tiamina), B6 (piridoxina) y B12 (cobalamina) juegan un papel crucial en la salud de los nervios. Una falta de estas vitaminas puede afectar el funcionamiento adecuado del sistema nervioso, lo que puede generar sensaciones de entumecimiento y hormigueo.
La deficiencia de vitamina B12, en particular, puede causar daño nervioso a largo plazo si no se trata. Esta deficiencia es más común en personas mayores, en quienes siguen dietas vegetarianas o veganas sin la suplementación adecuada, y en quienes tienen problemas de absorción de nutrientes, como aquellos con enfermedad celíaca o síndrome del intestino irritable.
5. Neuropatía periférica
La neuropatía periférica es un trastorno que afecta los nervios periféricos, que son los encargados de transmitir señales entre el sistema nervioso central (cerebro y médula espinal) y el resto del cuerpo. Esta condición puede causar hormigueo, entumecimiento y, en algunos casos, dolor en las manos y los pies.
Las causas de la neuropatía periférica pueden variar, desde la diabetes mellitus hasta infecciones, toxinas, medicamentos, y otras enfermedades autoinmunes. La diabetes, en particular, es una de las principales causas de neuropatía periférica. El nivel alto de glucosa en la sangre durante períodos prolongados puede dañar los nervios, lo que lleva a la aparición de síntomas como el hormigueo en las extremidades.
6. Diabetes y niveles altos de glucosa
Las personas con diabetes mal controlada son propensas a experimentar problemas con los nervios periféricos, lo que se traduce en sensaciones de entumecimiento y hormigueo en manos y pies. La neuropatía diabética es una complicación común en quienes tienen niveles elevados de glucosa en sangre de manera prolongada.
El daño a los nervios causado por la diabetes no solo afecta la sensación, sino que también puede interferir en la capacidad del cuerpo para regular la presión arterial y otros sistemas. Si tienes diabetes y experimentas hormigueo frecuente en tus extremidades, es esencial que hables con tu médico sobre cómo mejorar el control de tus niveles de glucosa.
7. Problemas de la columna vertebral
Las afecciones que afectan la columna vertebral, como las hernias discales, también pueden causar hormigueo en las extremidades. Cuando un disco intervertebral se desplaza o se desgasta, puede presionar los nervios que se originan en la médula espinal, lo que lleva a sensaciones de hormigueo, debilidad o incluso dolor en manos, pies o piernas.
El tratamiento para los problemas de la columna puede variar desde la fisioterapia hasta la cirugía, dependiendo de la gravedad de la afección.
8. Estrés y ansiedad
El estrés y la ansiedad también pueden ser culpables del hormigueo en las manos y los pies. Durante episodios de ansiedad, el cuerpo puede experimentar hiperventilación o una respuesta de lucha o huida, que afecta la circulación sanguínea y los niveles de oxígeno en el cuerpo. Esto puede causar sensaciones de entumecimiento y hormigueo en las extremidades.
El hormigueo en las manos y los pies puede ser un síntoma leve y temporal o una señal de un problema de salud más serio. Factores como la presión sobre los nervios, deficiencias nutricionales, problemas circulatorios y afecciones crónicas como la diabetes o los trastornos de la columna vertebral pueden estar detrás de estos síntomas. Si experimentas hormigueo con frecuencia o si va acompañado de dolor, debilidad o pérdida de función, es fundamental que consultes a un médico para obtener un diagnóstico preciso y tratamiento adecuado.